Por: El Nuevo Liberal
La sociedad se transforma sin darnos cuenta cuando los lectores levantan sus ojos de los libros con la cabeza llena de ideas para comenzar a pensar distinto.
Los libros engendran espíritus críticos, libertarios, pensantes, industriosos y redimidos de taras como la guerra, el odio, la xenofobia, la pobreza, la sumisión, la politiquería, la idiotez misma.
Una sociedad iletrada, que no lee, que sólo rinde culto a las imágenes propuestas por las pantallas, y en la cual la cultura literaria es pobre, será una ciudad lenta, dormida, agachada, burda, que sobrevive flotando en los túneles del tiempo y que no tiene carreteras para salir de sus laberintos.
Una ciudad letrada, donde hay librerías y bibliotecas públicas, que tiene eventos literarios, clubs de lectura, asociación de escritores, recitales de poesía, lanzamiento de libros, editoriales universitarias y emergentes, talleres de escritura, facultades de literatura, cafés para poetas, escritores reconocidos, periódicos con contenidos literarios y una Feria del Libro con una agenda académica llena de autores venidos de todos los rincones del mundo, una ciudad así, repito, es otra dimensión, es otro cuento. Y les estoy hablando, por supuesto, de Popayán.
Cada año, y desde hace cinco, el evento Popayán Ciudad Libro nos alegra el alma, porque desde allí se dimensiona y se proyecta una sociedad distinta gracias a la influencia que ejercen los pensadores del mundo que sobrevuelan nuestra ciudad y que muchos jóvenes, de forma natural, se llevan a casa en forma de libro.
Con cada volumen leído, comprado, comentado, estudiado, visto, manoseado…se generan cambios de actitud en el individuo y nos vamos acercando a la utopía de una sociedad mejor, que viene siendo sinónimo de una sociedad letrada.
Tenemos la distinción de ser una ciudad culta gracias al honroso trabajo de los egresados de la Universidad del Cauca, y en las últimas décadas, a otros centros de formación con altísima calidad. Un honor que cobra vuelo como el ave Fénix, gracias a los cientos de lectores que durante dos semanas abarrotan la feria y participan de todos sus eventos. Hay esperanza.
Nuestra gente cada día se expresa mejor, tiene pensamientos más amplios, sus argumentos son más contundentes, su escritura es más bella, y vivimos el renacer de espíritus más cultos. Gracias a la cultura del libro, las nuevas generaciones piensan de maneras más inteligentes y toman mejores decisiones. Ver el desfile de estudiantes de todas las edades por los pasillos de la Feria del Libro nos ilumina como sociedad y podemos respirar mejor diciendo: sí, hay esperanza.
El libro no gobierna, no tiraniza, no señala, no obliga. Cada lector transita por los pasillos buscando y encontrándose con un libro que le permite vivir una experiencia absolutamente personal y le va señalando caminos por donde discurre su intelecto: ese es el poder de la literatura.
Los llamados a gobernar tienen el noble compromiso de apoyar con alma, vida y sombrero un evento como Popayán Ciudad Libro. Los llamados a educar -padres y maestros-, tienen el noble y privilegiado deber de visitar la Feria con sus estudiantes y con sus hijos. Los ciudadanos de todos los rincones del Cauca están invitados, sin tarjeta ni reverencias, a vivir un evento literario que nos está abriendo los ojos a otros mundos, a otras dimensiones.